Ayúdanos a conservar nuestro territorio-casa: la casa pumarejo es de todes
Al Alcalde de la Ciudad de Sevilla José Luis Sanz Ruíz y Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla
Esta es una petición de [% inititator_name %]
Petición
Exigimos a la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla y al Alcalde de Sevilla José Luis Sanz Ruiz que antes de empezar las obras de rehabilitación renueve la “cesión demanial” de Casa Palacio Pumarejo, para tener la garantía de que no seremos desahuciadas de nuestro espacio, donde brindamos alimentos a través de nuestro Comedor Social, ya que consideramos que “comer es un acto político, sin alimento, no hay pensamiento” y atención a mujeres víctimas de violencias de género, vecinas del barrio en situación de exclusión social. Tememos la expulsión injustificada de nuestro colectivo, ya que durante la restauración no es imperativo que desalojemos el establecimiento. Entonces ¿por qué echarnos, si no es necesario? Con esta petición exigimos poder quedarnos y seguir actuando de forma normal.
Es de vital importancia que podamos seguir realizando nuestras actividades de atención, cuidados y acompañamiento de los vecinos/as del Barrio, sobre todo aquellas dirigidas a las Mujeres víctimas de violencia de género, cuyas vidas en muchas ocasiones corren peligro, tanto las suyas como las de sus hijos e hijas. Tener que detener las actividades y ayudas programadas en nuestro edificio supondría un cese drástico de nuestra imprescindible aportación y apoyo a las personas que más la necesitan, y la posibilidad muy real de la desaparición de nuestra forma de vida cercana, cálida, solidaria y afectiva al barrio y sus gentes.
¿Por qué es importante?
Las obras de rehabilitación de la Casa Pumarejo son necesarias y urgentes, debido a que las distintas administraciones han tenido en el abandono sus instalaciones considerando que las formas autogestivas ciudadanas no les reportan ningún capital político. Por desafección a las necesidades más urgentes de los habitantes del Barrio y porque todo ello, implica la invisibilización y el abandono de un Barrio y sus mujeres.
Mujeres Supervivientes es un grupo, una familia elegida de mujeres activas, diversas y comprometidas con la sostenibilidad de la vida y de sus habitantes. Los fogones para nosotras representan una forma de cuidados y de hacer política desde la base, desde el barrio. Todas las semanas nos juntamos a cocinar y planificar la transformación social de la que somos parte.
Intervenimos a través de un comedor social, que es un espacio de encuentro entre mujeres víctimas y supervivientes de violencia de género, migrantes y españolas, en condiciones de paro, precariedad, mayores solas, con hijos a cargo, madre solteras en paro, mujeres jóvenes del barrio o que están con nosotras en los huertos ecológicos.
El comedor social es un ecosistema de ternura, solidaridad y de afecto, pero sobre todo de inteligencia colectiva, que nos permite aflorar y sacar adelante nuestros aprendizajes de solidaridad y cuidados. Nuestro comedor apuesta por una ética y estética de la existencia, donde se coloquen los cuidados, la ternura, la belleza, la alegría y la justicia social frente al purismo, capitalismo y racismo.
Se trata de politizar y colectivizar la vida desde los cuidados y el alimento. Este espacio permite la búsqueda y construcción de una sociedad diversa y plural que incluye a todos los cuerpos y experiencias vitales en esta lucha por la justicia.
No es un espacio asistencialista, pretendemos atender necesidades básicas, las propias y las de aquellas personas que necesiten nuestra ayuda.
Todo ello es posible gracias al espacio colectivo Casa Pumarejo, y es por eso que os pedimos ayuda, para mantener esta casa como un espacio plural, para todes, para hacer política y habitar la ternura.
Nos debatimos entre la esperanza y el miedo de que las obras sean una excusa para echarnos y que pierda su sentido social y comunitario.
Estas obras pueden dar un giro al sentido cultural de resistencia que hemos promulgado durante más de 20 años, como último enclave de resistencia vecinal en toda la ciudad. La Casa del Pumarejo, en palabras de Antonia, presidenta de Mujeres Supervivientes, "no sólo resiste, sino que organiza, brinda servicios, cohesiona, interviene en los asuntos de la ciudad, de las mujeres, de los niños, de las vecinas...".
En este sentido, como mujeres del barrio y migrantes, la sienten como "único lugar en el mundo para vivir, amar y compartir". Este grupo de mujeres se sabe muy querido por el barrio: "Hacemos falta, sentimos pertenencia y eso es todo lo que tenemos, aunque las paredes se están cayendo, albergan nuestros corazones, nuestras ilusiones y sueños".
Necesitamos de este territorio-casa para la puesta en práctica del feminismo comunitario, barrial y territorial que practicamos desde Mujeres Supervivientes.
Nuestros fogones, espacio de cuidados, alimento, amor, energía y recursos… necesitan vuestra ayuda para seguir alimentando nuestros cuerpos y almas, para cultivar nuestro capital político. Somos una respuesta amorosa frente a la injusticia social.
Firma para ayudarnos a preservar nuestro modo de vida.