¡Quien contamina, que pague!

¿Por qué es importante?

Los efectos de la crisis climática son evidentes: inundaciones relámpago en Europa y Pakistán y sequías en Europa y África. En Madagascar, se ha producido la primera hambruna debida al cambio climático[1]. Las personas que lo están pagando son las que menos han contribuido a esta crisis, especialmente las de los países empobrecidos.

En Europa, la crisis de los combustibles fósiles y la del coste de la vida tiene un grave impacto en las comunidades, en especial en mujeres y personas sin recursos, y sus efectos también se hacen notar en el Sur Global. Necesitamos una cantidad ingente de fondos para financiar una transición a nivel mundial que nos permita salir de esta crisis.

Es hora de que quienes contaminan a lo grande paguen lo que les corresponde.

Hay formas de financiar una transición ecológica que no pasan por que sea la gente corriente quien pague la factura. Ya se están planteando impuestos a las grandes fortunas, las multinacionales y los sectores más contaminantes[2], pero falta voluntad política para aplicarlos.

Para lograr un futuro más sostenible, necesitamos nuevos impuestos y tasas sobre las siguientes actividades:

• Los combustibles fósiles: varias empresas europeas de combustibles fósiles están sujetas a unos impuestos especiales temporales desde 2022, según lo dispuesto por la Comisión Europea. Es hora de ampliarlos y convertirlos en impuestos permanentes sobre sus inmensos beneficios.
• El transporte: el transporte marítimo y aéreo lleva demasiado tiempo sin pagar por lo que contamina. Los países deben acordar una tasa de carbono sobre el transporte marítimo en la Organización Marítima Internacional y aplicar nuevos impuestos o tasas solidarias sobre los billetes de avión, que se centren sobre todo en los billetes de primera clase y los programas de vuelos frecuentes.
• Las finanzas: incluso un pequeño impuesto sobre los productos financieros a nivel europeo recaudaría enormes ingresos y contribuiría a frenar el comercio especulativo con actividades contaminantes.
• Riqueza: A nivel individual, el 1 % más rico de la población causa más daños climáticos que el 50 % más pobre[3]. Va siendo hora de aumentar los impuestos a las grandes fortunas para paliar esta crisis.

¿Cómo deben utilizarse los fondos? [4]

Además de ayudar a la población europea, los fondos procedentes de los nuevos impuestos y tasas deben ayudar a los países del Sur Global a combatir el cambio climático. En la última reunión internacional sobre el clima (COP27), los Gobiernos de todo el mundo acordaron crear un fondo de «pérdidas y daños» para ayudar a las personas a reconstruir su vida tras inundaciones, sequías u otros desastres climáticos.

Los fondos deben destinarse también a iniciativas feministas y sociales. Puede que ya conozcas algunas de estas iniciativas; otras necesitan mayor financiación para tener éxito.

Al firmar esta petición, exiges que los grandes contaminadores paguen por sus actos, apoyas a las comunidades de Europa y el Sur Global y pides a los Gobiernos que sienten las bases para transformar nuestras sociedades por un futuro sostenible.

* Esta publicación ha contado con el apoyo económico de la Unión Europea. Su contenido es responsabilidad exclusiva de Spark a Change y no refleja las opiniones de la Unión Europea.

Referencias: